Cuando James Hillman fue invitado a hablar durante la inauguración de un Natatorio Municipal en Dallas, su discurso giró alrededor de la necesidad del agua de la imaginación, la necesidad de espacios para el alma y del agua como imagen primordial de plasticidad y de imaginación.
Seguía con ello una tradición no extraña en aquellos pensadores que van más allá de lo inmediato, o mejor aún, que ven en lo inmediato el reflejo de lo esencial.
Este es el caso del filósofo Martin Heidegger que, en 1951, escribió alrededor del problema de la vivienda en Alemania:
Las construcciones destinadas a servir de vivienda proporcionan ciertamente alojamiento. Hoy en día pueden incluso tener una buena distribución, facilitar la vida práctica, tener precios asequibles, estar abiertas al aire, la luz y el sol; pero: ¿albergan ya en sí la garantía de que acontezca un habitar ?
He colgado su artículo completo, “Contruir, Habitar, Pensar ”en la web del Centro
Seguía con ello una tradición no extraña en aquellos pensadores que van más allá de lo inmediato, o mejor aún, que ven en lo inmediato el reflejo de lo esencial.
Este es el caso del filósofo Martin Heidegger que, en 1951, escribió alrededor del problema de la vivienda en Alemania:
Las construcciones destinadas a servir de vivienda proporcionan ciertamente alojamiento. Hoy en día pueden incluso tener una buena distribución, facilitar la vida práctica, tener precios asequibles, estar abiertas al aire, la luz y el sol; pero: ¿albergan ya en sí la garantía de que acontezca un habitar ?
He colgado su artículo completo, “Contruir, Habitar, Pensar ”en la web del Centro