“Una vez se declaró un incendio entre bastidores en un teatro. El payaso salió al escenario a informar al público. Creyeron que era una broma y aplaudieron. Repitió el aviso y aplaudieron riendo. Repitió angustiado el aviso, y aplaudieron y rieron más fuerte. Del mismo modo, el mundo se acabará en medio de los aplausos de todos los graciosos que se creerán que es una broma”
Kierkegaard, Diapsalmata