martes, 10 de junio de 2008

Caballé en 1984

Los años de máximo esplendor de la soprano catalana van de mediados de los 60' hasta finales de los 70'. No es que después no tuviera nada que ofrecer, ya que el fiato (el aliento, la capacidad de hilar frases y frases sin respirar) seguía siendo prodigioso, así como la belleza del timbre y la capacidad de flotar las notas (sus famosos pianissimi) , una afinación modélica, entre otras cosas.
Se la ha acusado de cierta frialdad interpretativa, de esteticismo, de tragarse las sílabas y no pronunciar el texto... y estas acusaciones no siempre han sido injustificadas. Sin embargo, aún en los 80' ofrecía momentos de belleza y calidad exquisitas, como el siguiente, tomado de una función en vivo de Don Carlo, de Verdi, en Orange 1984. Como ilustración de su fiato asombroso y de pianos (canto suave) flotados, basta con prestar atención a cuando dice "ti seguirá il mio cor.... ti seguirá el mio cor", (minuto 1:25) en una larguísimo fil di voce (hilo de voz), lo cual es una proeza y una preciosidad. Igualmente al finalizar el aria.