Para C. G. Jung el tema del cristianismo es esencial. Por ello escribió: “Mi problema es luchar con el gran mostruo del pasado histórico, la gran serpiente de los siglos... la carga histórica que el cristianismo nos ha echado encima... Hay personas que se preocupan por la gran batalla entre el presente y el pasado o el futuro. Es un problema humano tremendo. Algunos enfrentan la historia , mientras otros se construyen una casita en las afueras”.
Jung intentó con su psicología profunda compensar lo que el veía como “la unilateralidad” del Cristianismo (intentando rescatar lo femenino, lo sombrío, lo material, incluso lo demoníaco del excesivo dominio "patriarcal", para lograr una integración de todas las facetas del alma)
En la obra James Hillman se intenta retornar a un politeísmo psicológico (descentralismo de la psique) y cuestionar el mono-centrismo cristiano: las ideas de salvación, renacimiento, de lucha con el Hades (el submundo). Así, escribió: “En mi intimidad, temo al inconsciente cristiano porque, a diferencia del budismo o incluso el judaísmo, el cristianismo vive mitos deliberadamente, insistiendo en que no son mitos, y esto tiene terribles consecuencias paranoicas”, y también: “El alma ingresa sólo vía síntomas, vía fenómenos marginados como la imaginación de los artistas o la alquimia o los “primitivos” y, por supuesto, disfrazada como psicopatología. Eso es lo que quería decir Jung cuando afirmó que los Dioses se han vuelto enfermedades: el único camino de regreso para ellos, en un mundo cristiano, es vía lo marginado”.
W. Giegerich ve en cambio en el cristianismo como “la auto- expresión, la auto- articulación de aspectos del alma”, y como “una realidad espiritual transpersonal y una fuerza histórica que se realiza en la historia de Occidente, una realidada objetiva independiente, a la que los seres humanos nos hallamos expuestos de un modo u otro”. Partiendo del motivo básico del cristianismo -la encarnación del logos, el vaciamento (kenôsis) en Cristo de la divinidad a fin de volverse hombre- la tecnología es entendida como una forma de consumación del Cristianismo, y no como algo opuesto a su espíritu. Al contrario, el ímpetu del cristianismo se realizaría necesariamente en la superación de la naturaleza, en la tecnología y la transformación de lo natural en lógico, y por ello sería un proceso fundamental de transformación de la sintaxis del alma misma, el salto a un plano inédito de la conciencia y del modo de ser en el mundo.
A lo largo del curso, que tendrá lugar todos los miércoles a las 20:00 hs se leerán y comentarán dos artículos fundamentales de Giegerich: “El descuido patriarcal del principio femenino. Una falacia psicológica de Jung” y “¡Dios no debe morir! La tesis de C. G. Jung de la unilateralidad del cristianismo”
En la obra James Hillman se intenta retornar a un politeísmo psicológico (descentralismo de la psique) y cuestionar el mono-centrismo cristiano: las ideas de salvación, renacimiento, de lucha con el Hades (el submundo). Así, escribió: “En mi intimidad, temo al inconsciente cristiano porque, a diferencia del budismo o incluso el judaísmo, el cristianismo vive mitos deliberadamente, insistiendo en que no son mitos, y esto tiene terribles consecuencias paranoicas”, y también: “El alma ingresa sólo vía síntomas, vía fenómenos marginados como la imaginación de los artistas o la alquimia o los “primitivos” y, por supuesto, disfrazada como psicopatología. Eso es lo que quería decir Jung cuando afirmó que los Dioses se han vuelto enfermedades: el único camino de regreso para ellos, en un mundo cristiano, es vía lo marginado”.
W. Giegerich ve en cambio en el cristianismo como “la auto- expresión, la auto- articulación de aspectos del alma”, y como “una realidad espiritual transpersonal y una fuerza histórica que se realiza en la historia de Occidente, una realidada objetiva independiente, a la que los seres humanos nos hallamos expuestos de un modo u otro”. Partiendo del motivo básico del cristianismo -la encarnación del logos, el vaciamento (kenôsis) en Cristo de la divinidad a fin de volverse hombre- la tecnología es entendida como una forma de consumación del Cristianismo, y no como algo opuesto a su espíritu. Al contrario, el ímpetu del cristianismo se realizaría necesariamente en la superación de la naturaleza, en la tecnología y la transformación de lo natural en lógico, y por ello sería un proceso fundamental de transformación de la sintaxis del alma misma, el salto a un plano inédito de la conciencia y del modo de ser en el mundo.
A lo largo del curso, que tendrá lugar todos los miércoles a las 20:00 hs se leerán y comentarán dos artículos fundamentales de Giegerich: “El descuido patriarcal del principio femenino. Una falacia psicológica de Jung” y “¡Dios no debe morir! La tesis de C. G. Jung de la unilateralidad del cristianismo”
Lecturas preliminares recomendadas y accesibles en la web del Centro:
C. G. Jung: Psicología & Religión (Lecciones Terry)
C. G. Jung: Recuerdos, sueños, pensamientos.
W. Giegerich: El error básico de la psicología: la oposición entre "individual" y "colectivo"
W. Giegerich: El final del significado y el nacimiento del hombre
W. Giegerich: El significado de nuestro problema nuclear para la psicología
W. Giegerich: El objeto de la psicología
Robert Avens: Reflexiones sobre “El entierro del alma en la civilización tecnológica”