James Hillman escribió: "El inconsciente no reside solamente en los pacientes burgueses que tan a menudo están ellos mismos comprometidos con la profesión terapéutica. Tampoco está meramente en los sueños o en las relaciones; y difícilmente en las tramas, pequeñas agonías, de la transferencia; ni en el bovarismo de Flaubert, ahora reescrito como psicodinámica del narcisismo. Sofía sufre hoy en nuestras ciudades, en nuestra tecnología, en nuestras instituciones y políticas paranoides, esas superestructuras descaradamente egoístas que perdieron sus raíces elementales con el arché (origen); y Sofía sufre en los patrones de producción, distribución, consumo y desperdicio: en las cosas comunes de la vida ordinaria que nos rodean con sus neuróticos clamores pidiendo atención, sus figuras desmoralizadas y falsas personalidades con tendencia al derrumbe. Lo daimónico vive menos en nuestros sueños y más en nuestros días, en nuestra inercia moral y en nuestro anestesiado agotamiento"
Ya en 1938 Martin Heidegger anunció: "El hombre está a punto de lanzarse sobre la tierra íntegra y sobre su atmósfera, de usurpar y de sujetar, bajo la forma de ‘fuerzas’, el reino secreto de la naturaleza y de someter el curso de la historia a la planificación y al dominio de un gobierno planetario. Ese mismo “hombre rebelde” no está en condiciones de decir simplemente lo que es, de decir lo que significa, en general, que una cosa sea"
Ya en 1938 Martin Heidegger anunció: "El hombre está a punto de lanzarse sobre la tierra íntegra y sobre su atmósfera, de usurpar y de sujetar, bajo la forma de ‘fuerzas’, el reino secreto de la naturaleza y de someter el curso de la historia a la planificación y al dominio de un gobierno planetario. Ese mismo “hombre rebelde” no está en condiciones de decir simplemente lo que es, de decir lo que significa, en general, que una cosa sea"
Este es el punto en que el cuidado del alma es cuidado del mundo. Y el cuidado del mundo ha de ser cuidado del alma.