en Orange, 1974, en la escena final de esta obra maestra de Bellini. La diva hace despliegue de fiato y legato (la habilidad -extraordinaria, en el caso de Caballé- de cantar largas líneas sin cortar para tomar aire, y de unir una frase a otra en un continuo musical, sin saltos ni interrupciones), pianissimi (canto muy suave que flota y que sin embargo se oye en todo el auditorio y por encima del coro y de la orquesta, lo cual requiere notable habilidad) e inusual belleza vocal. Un testimonio de su arte y su grandeza. La acompañan el bajo Agostino Ferrin y el tenor Jon Vickers.