lunes, 4 de agosto de 2008

El mundo “al revés”


En más de una ocasión a lo largo de sus escritos, Wolfgang Giegerich insiste en llamar al “mundo del alma”, o también a la dimensión psico-lógica con la expresión hegeliana de “el mundo al revés”. Así, por ejemplo, en su “¿Es "profunda" el alma?” escribe:

“el verdadero “interior” no es algo localizado dentro de otra cosa. No es una ubicación en absoluto; como localización todavía sería una idea abstracta o externa de interioridad. No, el verdadero “interior” es lo que no tiene nada fuera de sí, externo a sí, no hay límites que podría estar ahí fuera, en sus márgenes. Le verdadero interior se define como aquél cuya interioridad ha rodeado, en una inversión revolucionaria, la noción misma de “afuera”, "límite” o “frontera”, y las ha internalizado en sí mismo. Lo interior es así lo que tiene lo exterior verdaderamente dentro y no fuera de sí mismo. Sólo esta relación auto-contradictoria, “loca” es lo que constituye la interioridad. Pero, por supuesto, algo que tiene el afuera (su propio afuera) verdaderamente dentro suyo, ya no puede ser imaginado. Sólo puede ser pensado. Y puesto que la “tierra” del alma está constituida por la interioridad, sólo es accesible al pensamiento. En sí misma es un Mundo Al Revés y, como tal, inimaginable”.

A propósito de esta expresión de Hegel, retomada por Heidegger en su “¿Qué es metafísica?”, he publicado el artículo de Raúl Gabás Pallás, “El mundo al revés en Hegel y Heidegger”, que puede ayudar a comprender lo que se oculta en esta poderosa imagen.