En sus Preguntas fundamentales de la Filosofía (“Problemas” selectos de “lógica”), curso 1937/38, ed. Comares, Granada 2008, Martin Heidegger escribe:
Planteamos la pregunta por la verdad. La determinación acostumbrada de la verdad reza: La verdad es la corrección del representar, es la correspondencia del enunciado (de la proposición) con la cosa. Aun cuando en el transcurrir de la historia del pensar occidental han aparecido diversas opiniones sobre el conocer y el representar que no han cesado de combatirse y mezclarse, en todas ellas da la pauta la misma concepción de la verdad en cuanto corrección del representar (…)
Sin embargo, a esta hora de la historia del mundo se puede y también se debe preguntar adónde ha llegado este Occidente con su concepción de verdad. ¿Dónde estamos actualmente? ¿Qué es la verdad y dónde está? ¿Hemos perdido la verdad por completo debido a todas las correcciones? ¿No ha caído el Occidente en una situación para la cual todas las metas están tapadas y toda actividad y todo impulso se dirigen solamente a buscar un escape de esta situación? ¿De qué otra forma debemos captar metafísicamente que el hombre occidental tienda ya sea a la completa destrucción de lo que ha sido hecho hasta ahora o al rechazo de esta destrucción?
Pero las huídas no son decisiones. Las decisiones en su extremo exigen, no obstante, el estalecimiento de aquellas metas que sobrepasan toda utilidad y todo propósito, y así sólo son suficientemente poderosas para ofrecer la necesidad de un nuevo crear y fundar. Las decisiones en cuanto tales establecimientos de metas -sobre todo en la situación descrita- requieren de la fundación del suelo y la erección del horizonte, sobre el cual y en el cual deben ser tomadas.
¿Tenemos pues -y para esa decisión esto es lo decisivo- la voluntad y el saber siquiera para lo más cercano, es decir, la preparación para esta decisión? Visto a la luz de esta tarea, ¿es la pregunta por la verdad sólo un "problema de lógica" o es la pregunta por la verdad lo más cuestionable de nuestra historia previa y lo más digno de ser preguntado de nuestra historia futura?
Para todo aquel que tenga ojos para ver y especialmente para todo aquel que ha escapado de la pereza de creerse, en la improductiva rigidez de lo vigente, -por ejemplo el cristianismo- en posesión del remedio; para todo aquel que desea no ir hacia atrás, sino hacia delante, no hacia un "progreso", sino hacia el futuro velado, la tarea está decidida. Ella requiere la meditación (1) como lo primero, lo más constante, lo último.
(1) Besinnung: pensamiento meditativo. Ver "Serenidad"
Planteamos la pregunta por la verdad. La determinación acostumbrada de la verdad reza: La verdad es la corrección del representar, es la correspondencia del enunciado (de la proposición) con la cosa. Aun cuando en el transcurrir de la historia del pensar occidental han aparecido diversas opiniones sobre el conocer y el representar que no han cesado de combatirse y mezclarse, en todas ellas da la pauta la misma concepción de la verdad en cuanto corrección del representar (…)
Sin embargo, a esta hora de la historia del mundo se puede y también se debe preguntar adónde ha llegado este Occidente con su concepción de verdad. ¿Dónde estamos actualmente? ¿Qué es la verdad y dónde está? ¿Hemos perdido la verdad por completo debido a todas las correcciones? ¿No ha caído el Occidente en una situación para la cual todas las metas están tapadas y toda actividad y todo impulso se dirigen solamente a buscar un escape de esta situación? ¿De qué otra forma debemos captar metafísicamente que el hombre occidental tienda ya sea a la completa destrucción de lo que ha sido hecho hasta ahora o al rechazo de esta destrucción?
Pero las huídas no son decisiones. Las decisiones en su extremo exigen, no obstante, el estalecimiento de aquellas metas que sobrepasan toda utilidad y todo propósito, y así sólo son suficientemente poderosas para ofrecer la necesidad de un nuevo crear y fundar. Las decisiones en cuanto tales establecimientos de metas -sobre todo en la situación descrita- requieren de la fundación del suelo y la erección del horizonte, sobre el cual y en el cual deben ser tomadas.
¿Tenemos pues -y para esa decisión esto es lo decisivo- la voluntad y el saber siquiera para lo más cercano, es decir, la preparación para esta decisión? Visto a la luz de esta tarea, ¿es la pregunta por la verdad sólo un "problema de lógica" o es la pregunta por la verdad lo más cuestionable de nuestra historia previa y lo más digno de ser preguntado de nuestra historia futura?
Para todo aquel que tenga ojos para ver y especialmente para todo aquel que ha escapado de la pereza de creerse, en la improductiva rigidez de lo vigente, -por ejemplo el cristianismo- en posesión del remedio; para todo aquel que desea no ir hacia atrás, sino hacia delante, no hacia un "progreso", sino hacia el futuro velado, la tarea está decidida. Ella requiere la meditación (1) como lo primero, lo más constante, lo último.
(1) Besinnung: pensamiento meditativo. Ver "Serenidad"