sábado, 28 de julio de 2007

Reflexiones psico-lógicas: El complejo materno

Qué lejos están Hillman y Giegerich de frases como “El ser humano está movido por un afán de unidad. Vivimos arrastrados a los polos contrarios, y por tanto ese anhelo de fusión , que en la vida solo experimentan los no-natos, los místicos y levemente los enamorados.... nos lleva al deseo de la autorealización en unidad. Ese camino en psicología analítica se llama el camino de individuación y el lugar de unidad, que frecuentemente se llama Dios, en psicología profunda se llama el Si-mismo”

Tanto que insisten Hillman y Giegerich que lo que se individúa es el alma, y no “yo” (el ego, siempre presente bajo muchos disfraces: la autorrealización, el autocrecimiento, la autoconsciencia, la autoestima...auto, auto, auto, “yo-me-mi-conmigo”). Es esa implicación "yoica" que lo vuelve todo "moral" (de moralina) y con tufillo religioso, y autoexigente: culpabilizador y heroico. Uno tiene que “realizarse”, uno tiene que ponerse en contacto consigmo mismo (¡¿Dios?!), uno “se esfuerza” y, previsiblemente, uno “fracasa”. Uno tiene que ser “uno y centrado” y no “varios” (¿adónde entra el politeísmo -el pluralismo no sometido al poder “centralizador” del uno -en esta visión rígidamente mono-teísta?) No es difícil advertir una moral protestante que pretende pasar por psicología y no es más que lo mismo de siempre: demanda heroica, culpabilidad y autoexigencia. Y por supuesto: total indiferencia por lo que no es "auto".. un modo en que el ego perpetúa su propia importancia. De ésta manera el héroe permanece siempre embrollado en los brazos de la madre (como mater, es decir: materia -physis-, inconsciencia, naturaleza, “realidad exterior”, biología, sociología, física y así sucesivamente)

Es en este sentido (y otros) que Giegerich habla de lo "ilusorio" en una psicología personalista! En realidad su expresión es "falso" (phoney= inauténtico) y que preferí traducir como "ilusorio". El personalismo, el subjetivismo, el "misticismo" de andar por casa (encuentro “consigo mismo”, “anhelo de fusión”... anhelo ¿de quién?), la profundización (?!) en los sentimientos y efusiones personales.. y, cómo no podía faltar, “el complejo materno”.

Lo sorprendente es que si uno lee los textos psicológicamente, resultan una inadvertida confesión de quien los escribe, y desde dónde están escritos. Como ya hizo notar Hillman en su The Great Mother, Her Son, Her Hero, and the Puer (La Gran Madre, su Hijo, su Héroe y el Puer, originalmente publicado en Berry ed.: Fathers and Mothers y reeditado en James Hillman Uniform Edition vol. 3, Senex & Puer, Spring 2005, pg. 135):

“Una psicología que ve a la madre en todas partes es un enunciado acerca de la psique del psicólogo y no sólo un enunciado basado en la prueba experimental”.

E inmediatamente añade:

“Para que la psique avance a través de su complejo materno inconsciente, la misma psicología tiene que avanzar en su autorreflexión a fin de que su tema, el alma, ya no esté dominada por el naturalismo y el materialismo, y las metas para esa alma ya no se formulen por medio del arquetipo materno como “crecimiento”, “adaptación social”, “relaciones humanas”, “plenitud natural”, etc. ” (ib. pg 135)

Para concluir que:

“La magnificación del complejo materno es un signo cierto de que que estamos escogiendo el rol heroico, cuyo propósito es menos el espíritu y menos la psique que el ego tradicional, su fortalecimiento y su desarrollo”. (ib. pg. 147)

¿Quién -o qué- es “sí mismo” (self)? Es importante hacer más y más reflexiones sobre “el proceso de individuación” y “si-mismo (Self)” que no tiene nada que ver con el ego, con “mi” individuación, con la "auto"-realización, con “mi” llegar a ser lo que sea: completo, centrado, realizado, auténtico, impecable, etc. etc. Todas esas son inquietudes egoicas y egoístas (subjetivas), que dejan el mundo (lo objetivo psíquico) de lado. Y para Jung el mundo es el self, como cuando escribe en Sobre los Arquetipos de lo Inconsciente Colectivo (Obra Completa en ed. Trotta, vol. 9/1, § 46):

“Lo insconsciente colectivo es todo menos un sistema aislado y personal, es objetividad, ancha como el mundo y abierta al mundo. Yo soy el objeto de todos los sujetos, en perfecta inversión de mi consciencia habitual, donde soy siempre sujeto que tiene objetos. Allí estoy en la más inmediata e íntima unión con el mundo, unido hasta tal punto que olvido demasiado fácilmente quién soy en realidad. “Perdido en sí mismo” es una frase adecuada para designar ese estado. Pero ese "mismo" es el mundo”

En la versión en inglés de sus Obras Completas, de la que me fío aún más que de la traducción al castellano, esta última frase es “This self, however, is the world”
O sea: “Este self (sí mismo o uno mismo), sin embargo, es el mundo”

Me pregunto qué tiene que ver esta psique objetiva (o Alma, según Hillman) con frases como:
“los conflictos que vivimos en nuestro interior (la "turbación y pasiones") se amalgaman en forma de conflictos con los próximos ("disensiones, riñas y pleitos"), que facilitan en su expansión los conflictos colectivos hasta desembocar en las guerras. Conviene pues saber lidiar con estos conflictos, atenderlos, entenderlos, diferenciarlos, resolverlos si podemos”

Ese supuesto “interior” (mío, subjetivo, egoico), y este sujeto que quiere "lidiar", "resolver" conflictos: el héroe nuevamente bajo una imagen disociada de la psique objetiva. Pero bueno, si todo esto ya lo ha dicho Hillman una y otra vez... Claro que Hillman, cuando se trata de estas latitudes, también es una voz en el desierto.
La idea de proyección como si fuéramos nosotros que "proyectamos algunas de nuestras figuras internas en los demás" parte del supuesto de un mundo "psicológicamente vacío", sólo "creado" a partir de "nuestras" proyecciones. ¿Nuestras? ¿De quién?

Por supuesto, ya Jung vio claro que lo que llamamos en esta era (siglo XX) "proyecciones" no son sino y en el mejor de los casos "introyecciones", y así escribió:

“Fue necesario que el simbolismo sufriera un enorme empobrecimiento para que los dioses fuesen redescubiertos como factores psíquicos, como arquetipos de lo inconsciente… Desde que cayeron del cielo las estrellas y empalidecieron nuestros más altos símbolos, reina misteriosa vida en lo inconsciente. Por eso tenemos hoy una psicología, y por eso hablamos de lo inconsciente. Todo eso sería, y lo es en efecto, totalmente superfluo en una época y una forma de cultura que tiene símbolos” (Sobre los Arquetipos del Inconsciente Colectivo § 50. Obra Completa vol. 9/1, ed. Trotta)

Giegerich, desde una óptica en cierto modo “nietzscheana” se preguntará si esta misteriosa vida en lo inconsciente no será un desesperado intento por parte de Jung de preservar las estrellas caídas del cielo (de contrarrestar el Dios ha muerto de Nietzsche) manifestando así la resistencia a admitir que el lugar del misterio ya no reside en nuestros más altos símbolos y que la expectativa egoica de conexión y pertenencia (otra forma del complejo materno) ya no permite aprehender la dinámica del alma que ahora, desvestida de sacralidad y de moralidad palpita como la incesante vida lógica que preside la continua evolución de la consciencia.

jueves, 26 de julio de 2007

Giegerich: Bomba nuclear y psicología

Con el amable permiso de su autor, he traducido y publicado en la web el artículo de Giegerich: “El significado de nuestro predicamento nuclear para la psicología analítica y de la psicología analítica para nuestro predicamento nuclear”, tomado de su obra: La tecnología y el alma (Collected English Papers, vol. 2, Spring Journal,2007)

Entre otras cosas, Giegerich provocadoramente escribe:

“Nuestra situación es muy diferente de la del hombre antiguo. Este sólo tenía que vivir con el conocimiento de su muerte personal. Nuestra bomba, por contraste, mantiene la promesa de la aniquilación de todo el mundo habitable. Como tal es un símbolo, no del declive de este o aquel contenido de consciencia o de este o aquel portador de consciencia, sino el símbolo de la decadencia del "mundo" entero, es decir, del nivel o constitución imperante de la consciencia como un todo. En cuanto tal, la bomba es nuestra única oportunidad real de un futuro verdadero.

Un futuro verdadero implica una apertura hacia un nivel enteramente nuevo de consciencia. Sin el declive de la consciencia presente ontológicamente estaríamos viviendo en el pasado. Por supuesto, pueden hacerse todo tipo de cambios y adiciones dentro de la antigua casa de la consciencia, pero de todos modos permaneceríamos encerrados en la antigua estructura para morir este otro tipo estéril de muerte que fue descrito por Nietzsche como la vida del último de los hombres:
“La tierra se ha vuelto pequeña, y sobre ella salta el último hombre, que lo empequeñece todo. Su raza es inextirpable como las moscas; el último de los hombres es el que vive más. “Hemos inventado la felicidad”, dicen los últimos hombres, y guiñan los ojos...”

La psicología junguiana no está libre de la presencia del último de los hombres. Sólo tenemos que mirar a la inundación de publicaciones psicológicas que han aparecido en los últimos años para paladear abrumadoramente la vergonzosa autocomplacencia del último hombre. Todos estos libros parecen decir "Hemos inventado la felicidad, conocemos las respuestas", y también guiñan los ojos. Vuelven todo pequeño y barato, incluso lo más sagrado, al inflarlo: Dioses, significado, símbolos, sueños, creatividad, individuación, arquetipos. Quisieran enjaularnos en el sentimentalismo y nostalgia de una disponibilidad consumista de los tesoros espirituales del pasado como si fueran drogas para crear algún tipo de "subidón" psicológico. Es penoso ver cuánto de la psicología es engañoso. Pero en este engaño, que es la felicidad del último de los hombres, la bomba golpea como un rayo. ¿Qué otra cosa sino la temible bomba puede atravesar toda la caparazón en la que el último de los hombres se ha asentado, y traerle a casa el hecho de que lo que cree que es su felicidad es de hecho una muerte lenta, su momificación de por vida?
La bomba es nuestra (¿única?) avenida hacia un futuro y a lo abierto precisamente porque su inminente amenaza nos dice constantemente, traducido al lenguaje: "no hay salida, no hay futuro". Nos encierra ontológicamente en el presente, en la situación concreta y así le devuelve su aguijón a la vida al devolver la muerte a la vida. El momento actual recibe de nuevo su filo sensible, si ya no hay más huida hacia un más allá, no hay más esperanza de un futuro mejor. No hay alternativa a esta vida actual aquí y ahora. "¡Es esto!" La bomba ya ha cerrado todas las rutas lógicas y metafísicas de huida del presente concreto, reduciendo al absurdo cualquier esperanza en esa dirección. Y así puede traer, como un don a la psicología, la misma actualidad que Jung buscaba mediante el proceso de individuación.
En la mayoría de las ciudades occidentales se han creado calles peatonales en los últimos diez o veinte años. Esto es ejemplar. ¿Cuál es la fantasía inconsciente o el deseo que se expresa en la necesidad de este cambio? En las zonas peatonales, la diferencia entre la acera y la calle ha sido nivelada y se ha prohibido el tráfico de coches y camiones. Los peatones quieren estar entre ellos, sin que les moleste el flujo de la vida autónoma, objetiva, de nuestra civilización tecnológica. Tal como el mundo de-uno-mismo-subjetivo-autocontenido de los egos humanos. Como lo viera Jung, las máquinas tecnológicas, los coches, los aviones, etc., son el equivalente psicológico moderno de los monstruos, dragones y otros animales del alma de la mitología antigua. Ahora el hombre quiere aislarse de los humos venenosos de nuestros dragones, el ruido y el hedor del tráfico. Psicológicamente se retira a la inocencia e inofensividad de una isla humana-demasiado-humana de los bienaventurados, de la cual la zona peatonal es un símbolo externo. Esto es más que una mera alegoría. Revela la fantasía dominante hoy, la fantasía dominante probablemente también detrás de gran parte de la psicología con su interés autista por la introspección, la auto-realización, el autodesarrollo, grupos de encuentros, experiencias pico, etc. En contra de este humanismo autocomplaciente, la bomba es el Portador de lo Inconsciente, en el sentido de Jung. Es una idea aduladora que lo inconsciente se manifieste primariamente en nosotros como nuestros deseos instintivos, sexuales, nuestras fantasías y síntomas. El verdadero inconsciente, como siempre, está afuera a nuestro alrededor. Hoy está en nuestra tecnología y en la condición económica del mundo.
Aun cuando Jung dijo que el proceso de individuación tal como lo concibió no excluye, sino que incluye al mundo, la psicología hoy todavía tiene el mundo fuera de sí. La psicología es ciega y sorda respecto a las grandes situaciones de nuestra era. No tiene nada que decir del dinero, la banca, la economía; de los nuevos descubrimientos en las ciencias; de la industrialización, del desempleo y la distribución del trabajo. Todo ello permanece fuera de las premisas confortables de la psicología. Si "el hombre moderno está en busca de un alma", entonces alma aquí significa el interior privatizado del individuo, separado del flujo principal de los acontecimientos.

Aquí también la bomba irrumpe y nos obliga a atender a lo que está afuera. Cuestiona radicalmente la significación de nuestro trabajo en la sala de consulta. Ante la vista de la bomba, ¿podemos honestamente decir que la psicoterapia es más que o bien un tipo de trabajo de reparación o un hobby para los ricos, acaso algo así como los movimientos del siglo XVIII para la liberación de los esclavos americanos entre la nobleza de Francia antes de la Revolución Francesa? La bomba hace explotar la prisión de la psicología del interior y abre nuestros ojos a lo que hay ahí afuera de nosotros como el Otro real, el inconsciente real, el mundo real. Revela que la tarea de introspección -en un tiempo de acontecimientos increíblemente revolucionarios en la ciencia, un tiempo de millones de hambrientos y refugiados- es una loca auto-indulgencia, una retirada hacia la forma post-natural del jardín epicúreo: un centro comercial de imágenes, símbolos, mitos, significados”

viernes, 20 de julio de 2007

Reflexiones sobre el alma

En un tiempo en que libros como “El alma está en el cerebro”, del inevitable Punset, son records de ventas, en un tiempo en que no sólo lo anímico, sino todo lo invisible sólo vale por su confirmación “visible”, positiva, empírica, en un tiempo de psicología sin alma, los síntomas asedian “desde dentro”: bulimia, anorexia, histeria, psicosis, depresión, adicciones, compulsiones, psicopatías... y “desde fuera” con fenómenos de destrucción colectiva como la globalización (el imperialismo), la deslocalización (explotación laboral), el aumento de la pobreza y el hambre, por no mencionar la amenaza inminente de la desaparición de la vida planetaria tal como la conocemos debido al cambio climático… en un tiempo tan inhóspito en se que cumplen las predicciones de un Heidegger sobre el dominio de la técnica, parece imprescindible un ejercicio de re-memoración, de retorno (epistrophé), que no es lo mismo que repetición; el olvido del Ser, el olvido de lo primario y primordial (arkhé) coincide con el olvido del alma como presencia no sólo en el individuo o en la colectividad, sino en el mundo mismo.

De ahí la propuesta de una serie de “Reflexiones sobre el Alma” un diálogo con la historia de Occidente desde que Platón lanzó a correr la intuición de un Alma del Mundo, pasando por los neoplatónicos y la teurgia, retomando los hilos del gnosticismo y del hermetismo, repasando la lucha en el Medioevo por la “dimensión angélica” y el Anima Mundi, revisando la emergencia renacentista de lo anímico y la Memoria con Ficino y Giordano Bruno, retomando el regreso de la psique de la mano de la psicología profunda (Freud, Adler y Jung) hasta el encuentro con la psicología arquetipal (James Hillman) y “la vida lógica del alma” de Wolfgang Giegerich...

Este proyecto comenzará a tomar cuerpo a partir de Octubre, en un Seminario que tendrá lugar los miércoles a las 20:30 hs. en la Librería Sto. Domingo, c/Sto. Domingo del Call nº4, Barcelona. Opcionalmente podría seguirse on-line. Para más información poner un mail al Centro Enrique Eskenazi

jueves, 12 de julio de 2007

Una lección de astrología esotérica

Conferencia que di el 8 de enero de 2007,en la Librería Sto. Domingo, a propósito de “La Astrología como Ciencia Oculta” de Oskar Adler.
La lección habla sobre la diferencia entre cosmogonía y cosmología, el esoterismo, astrología esotérica y astrología “exotérica”, la “revelación de lo oculto”, la importancia de los números en astrología, la visión neoplatónica de los diversos “planos de realidad”, el Uno en Plotino y el neoplatonismo, la ley triadica de moné, proodos y epistrophé, el proceso triádico y otros tópicos afines

Para escuchar la clase, picar aquí

sábado, 7 de julio de 2007

Un camino con “corazón”


…Qué fácil es hablar del corazón, y qué difícil, en cambio, es hablar con él y desde él, eh?

He aquí algunas frases de Hillman que vale la pena meditar SERIAMENTE:





El alma puede volverse nuevamente una realidad sólo cuando cada uno de nosotros tenga el coraje de tomarla como la primera realidad en nuestras propias vidas, de tomar partido por ella y no tan sólo de “creer” en ella.

Creo que somos desgraciados en parte porque tenemos un solo dios, y es la economía.

La economía es nuestra teología contemporánea, no importa cómo pasemos los Domingos.

Es importante que te preguntes: ¿cómo soy útil a los demás? ¿qué quiere la gente de mí? Eso muy bien podría revelar para qué estás aquí.

El único modo en que nosotros los humanos podemos dejar de ser tan humano-céntricos es permanecer vinculado a algo distinto de los humanos.

Duelo significa perder lo que fue. Queremos cambiar pero no queremos perder. Sin tiempo para el duelo, no tenemos tiempo para el alma.

Forjamos vidas libres de riesgo, en las que no ocurre nada.

Uno no sabe en lo que se meterá cuando uno persigue su felicidad.

Cuando vas a crear un castillo, la psique sólo puede entrar como un invasor.

Tenemos que reconsiderar nuestra vida, prestando atención a algunos de los accidentes y curiosidades y rarezas y problemas y enfermedades, y comenzar a ver más en estas cosas. Eso plantea preguntas, de modo que cuando ocurren pequeños accidentes peculiares uno se pregunta si hay algo más operando en su vida.

En cualquier sistema, sea una corporación, una familia o los convenios internos de la psique humana, un “no” vigoroso puede servir al bien del todo y aumentar su poder aún más que un complaciente “sí”.

Tenemos que trabajar en el mundo para que no sea tan opresivo.

El mundo entero está enfermo... y no se puede arreglar teniendo un buen diálogo terapéutico o hallando significados más profundos. Ya no se trata del significado, se trata de sobrevivir.

“Bueno, ¿qué puedo hacer respecto al mundo? Esto es más grande que yo”. Ese es el arquetipo del niño hablando. “Todo lo que puedo hacer es meterme en mí mismo, trabajar en mi crecimiento, mi desarrollo, encontrar buena crianza, grupos de apoyo”. Esto es un desastre para nuestro mundo político, para nuestra democracia. La democracia depende de ciudadanos intensamente activos, no de niños.

El mundo, a causa de su quiebra, está ingresando en un nuevo momento de conciencia: al llamar la atención sobre sí mismo mediante sus síntomas, está volviéndose conciente de sí mismo como realidad psíquica.

Plantar un pie firmemente sobre la tierra- este es el logro último, y un estado mucho más evolucionado de crecimiento que cualquier cosa comenzada en tu cabeza.

Si la terapia se imagina que su tarea es ayudar a la gente a soportar (y no protestar), a adaptarse (y no rebelarse), a normalizar su rareza y aceptarse a sí mismo “y trabajar dentro de su situación; hacer que funcione para uno” (en lugar de rechazar lo inaceptable), entonces la terapia está colaborando con lo que quiere el estado: gentes dóciles. Soportar es sencillamente lo mismo que la complicidad.

En tiempos de Freud nos sentíamos oprimidos en la familia, en situaciones sexuales, en nuestro locos síntomas histéricos de conversión, y donde nos sentíamos oprimidos, allí estaba lo reprimido. ¿Dónde sentimos hoy esa espesa clase de opresión? En instituciones -hospitales, universidades, empresas; en los edificios públicos, llenando formularios, en el tráfico...

Un terrorista es el producto de nuestra educación que dice que la fantasía no es real, que dice que la estética es sólo para los artistas, que dice que el alma es sólo para los sacerdotes, la imaginación es trivial o peligrosa y sólo para locos, y que la realidad a la que debemos adaptarnos es el mundo externo, un mundo que está muerto. Un terrorista es el resultado de todo este largo proceso de descartar la psique.

No podemos cambiar nada hasta que tengamos ideas frescas, hasta que comencemos a ver las cosas diferentemente. Mi objetivo es crear una terapia de las ideas, tratar de aportar nuevas ideas, de modo que podamos ver de modo diferente los mismos viejos problemas.

Aunque sea difícil de creer, las hipocondrías nos cuidan, las depresiones nos hacen aminorar la marcha, las obsesiones son modos de limpiar la imagen, las sospechas paranoicas son modos de intentar ver a través -todos estos movimientos de lo patológico son modos en que somos amados, con ese peculiar modo en que opera la psique.

Cuando se nos dice qué es saludable se nos está diciendo qué está bien pensar y sentir. Cuando se nos dice qué es mentalmente enfermo se nos está diciendo qué ideas, conductas y fantasías están mal.

Cuando tu hijo deviene la razón para tu vida, has abandonado la razón invisible por la que estás aquí.

Amar en seguridad es la parte más pequeña del amor.

El control, pese a toda su posición auto-asegurada de mando, se funda en una visión defensiva, y los rasgos enumerados -lealtad forzada, exactitud, sospechas contra lo oculto, vigilancia- son rasgos paranoides

Nuestra vida es psicológica, y el sentido de la vida es hacer psique de ella, encontrar conexiones entre vida y alma.

En estos días el horizonte de la psique se reduce a lo personal, y la nueva psicología del humanismo nutre a ese hombrecillo pagado de sí mismo al borde del gran mar, volviéndose sobre sí mismo para preguntarse cómo se siente hoy, llenando su cuestionario, contando su inventario personal. Ha abandonado el Intelecto y ha interpretado su imaginación a fin de ponerse de acuerdo con sus “experiencias viscerales” y “problemas emocionales”; ha igualado su alma a éstos. Su fantasía de redención se ha encogido a “modos de hacerse cargo”; su porfiada patología, esa vía regia a las profundidades del alma es conjurada en gritos Janovianos como el cerdo ante las margaritas, analizada en una cerrada Gestalt de intimidad personal, o arrojada a un abismo de regresiones durante la escalada de picos Maslovianos.

El reflejo en el espejo del alma deja ver la locura del propio impulso espiritual y la importancia de esta locura

Cura los síntomas y pierde al Dios. Si Jacob no hubiera luchado con el Daimon seguramente no hubiera resultado herido, ni tampoco habría sido Jacob.

Tan sólo detente por un minuto y te darás cuenta de que eres feliz sólo siendo. Creo que es la búsqueda lo que estropea la felicidad. Si abandonamos la búsqueda, está aquí mismo.

El desierto no está en Egipto; está dondequiera que desertemos del corazón

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domingo, 1 de julio de 2007

Una clase de astrología como ciencia oculta

Una clase de finales de febrero, que insiste en el tema que todos tratamos, inadvertidamente, de olvidar. Basta con picar en el enlace...